(Año Internacional de la Astronomía - 2009)
Mira asombrada la niña,
mira que mira la estrella,
tan pronto mira hacia el carro,
como a la lanza puntera.
Llamada los “siete bueyes”,
que Roma sintió la fuerza,
Calisto para los griegos,
rendidos a su belleza.
Mira asombrada la niña,
mira que mira la estrella,
y alarga su breve mano,
cual si quisiera cogerla.
Cuéntanle que es la osa madre,
de las osas, la más tierna,
que en una noche estrellada,
y muy lejos de la tierra,
errante por esos cielos,
en busca fue de su osezna,
y que su amor entrañable
la convirtió en una estrella.
Mira asombrada la niña,
mira que mira a la bella,
y sueña todas las noches
mira que mira la estrella,
tan pronto mira hacia el carro,
como a la lanza puntera.
Llamada los “siete bueyes”,
que Roma sintió la fuerza,
Calisto para los griegos,
rendidos a su belleza.
Mira asombrada la niña,
mira que mira la estrella,
y alarga su breve mano,
cual si quisiera cogerla.
Cuéntanle que es la osa madre,
de las osas, la más tierna,
que en una noche estrellada,
y muy lejos de la tierra,
errante por esos cielos,
en busca fue de su osezna,
y que su amor entrañable
la convirtió en una estrella.
Mira asombrada la niña,
mira que mira a la bella,
y sueña todas las noches
que está jugando con ella.
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