foto: Jesús Cañas del Pozo
Glaciar, morrena, témpano de hielo,
con perpetua nieve, montaña albera,
tu blancura pervive en primavera,
alta cima, lejana de mi suelo.
Ya no me sirve el llanto de consuelo,
firmeza y soledad no me libera,
mi razón permanece prisionera
del desaliento hiemal y desconsuelo.
Mi frágil rama, al fin, se ha condolido
de tu pesada carga y desafío,
y un son de voz apenas proferido,
queja de desamor y desvarío,
exclama, despiadado y confundido,
no está en juego tu amor, pero está el mío.
con perpetua nieve, montaña albera,
tu blancura pervive en primavera,
alta cima, lejana de mi suelo.
Ya no me sirve el llanto de consuelo,
firmeza y soledad no me libera,
mi razón permanece prisionera
del desaliento hiemal y desconsuelo.
Mi frágil rama, al fin, se ha condolido
de tu pesada carga y desafío,
y un son de voz apenas proferido,
queja de desamor y desvarío,
exclama, despiadado y confundido,
no está en juego tu amor, pero está el mío.
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